miércoles, 15 de julio de 2009


Hoy les voy a contar un poco mi forma de ser, la terrible facilidad que tengo yo para perder: pierdo la ropa y pierdo apuestas, en pocas copas pierdo lo que llevo a cuestas. Pierdo vergüenza cuando estoy con mis amigos, cuando canto pierdo el hilo de lo que debo cantar, perdí el pudor, perdí mil noches frente al mal. Perdí alegría y a la vez perdí inocencia, refugiandome en los libros me sirvió para entender que a mucha gente no le importa la miseria, que solamente les interesa el poder. Perdí la fe en la democracia cuando ya no me dio gracia ver que manejan los hilos de la nación los que tienen un dolar como corazón. Perdí tiempo y dinero, Perdí el fuego, perdí el celo, perdí el duelo, perdí el arte de soñar, algunas noches pierdo el recuerdo, pierdo la cuenta ya de todo lo que pierdo. Pierdo la voz de la conciencia, entonces quedo hablando sola, me pierdo de polo a polo en encontrar alguien con quien poder reír, poder llorar. Tengo suerte de no a ver perdido un diente refugiado en agua ardiente, nunca se cuando parar, pierdo la vida en una vuelta de ruleta, pierdo la bocha por hacer un además y me hundo en el primer surco profundo perdiendo de nuevo el rumbo de la dama que fui. Pero una noche esas que creí perdidas, jugando a las escondidas con el amor me encontré y así fue que me robaron algo valioso, estoy agonizando y le quiero pedir, por dios que usted busque por mi ese hombre que me robo de una mirada mi sensible corazón, no puedo ir yo porque perdí su dirección.



No hay comentarios:

Publicar un comentario